Con la primavera y el buen tiempo se "resiente" un poco la soledad del lugar. Vienen los vecinos con sus niños y los perros se alborotan. Tiempo para ejercitar la paciencia... hay que ver el lado bueno, ¿cómo podría valorar la soledad del invierno, sin añorarla durante el verano? ¿Lo entenderán Bruno y Rufo? Me temo que no.
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